Todo esto podría ser un dato más, pura inforación, tal vez. Pero lo anecdótico de aquella jornada fue que, para mi, en lo personal, fue un día especial: en aquella plaza crecí, jugué y fantasié.
Aquella plaza, tan renovada en sus formas y su gente, no era como es ahora. Pero de todas formas, algo me unía a ella. Y esto, esta comunión, se elevó a niveles sideráles, pues esa fue la primera vez que actuaba en el barrio en el que crecí.
Contrariando al dicho, esa tarde sí "fui profeta en mi tierra".
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